Los zapatos de seguridad son una pieza vital del equipo de protección personal para muchos trabajadores. Diseñado con punteras protectoras y suelas antideslizantes, el calzado de seguridad proporciona una barrera contra lesiones en los pies causadas por objetos pesados, materiales punzantes, superficies resbaladizas y otros peligros comunes en el lugar de trabajo. Sin embargo, incluso el par de zapatos de seguridad más resistente puede deteriorarse con un uso prolongado. Saber cuándo reemplazar sus zapatos de seguridad es crucial para mantener la protección.
-Suelas desgastadas-Las suelas son uno de los primeros componentes del calzado de seguridad que muestra un desgaste notable. Busque parches lisos o adelgazamiento en áreas de la suela. La falta de profundidad de la banda de rodadura puede reducir en gran medida la resistencia al deslizamiento, especialmente en suelos mojados o aceitosos. Los agujeros perforados en la suela también comprometen la protección.
-Puntera dañada-La zona de los dedos protege contra lesiones por impacto y compresión. Inspeccione las punteras con frecuencia para detectar grietas, rajaduras o deformaciones que reduzcan la protección. Incluso pequeños rasguños o abrasiones pueden indicar que la puntera se está debilitando.
-Materia superior rota/desgastada-La parte superior del calzado de seguridad protege la parte superior del pie. Con el tiempo se desarrollan manchas rasgadas, desgarradas o desgastadas en el cuero, vinilo, malla u otros materiales. Esto hace que los zapatos protejan menos contra peligros como la caída de objetos o derrames químicos.
-Cordones sueltos/rotos-Los problemas de encaje como deshilachados, holgados o completamente rotos pueden parecer menores. Sin embargo, un ajuste inadecuado de los cordones alrededor del pie disminuye gravemente el control y aumenta el riesgo de tropiezo.
-Soporte/Amortiguación Reducido-El soporte y la amortiguación de la entresuela se deterioran naturalmente con el uso prolongado. Busque arrugas de compresión o áreas aplanadas que indiquen una menor absorción de impactos.
Más señales de que es necesario reemplazar los zapatos de seguridad:
– Grietas o agujeros en el material superior de cuero o sintético.
– Separar o deslaminar las capas de la suela
– Forma distorsionada que ya no encaja correctamente
– Ruidos inusuales como chirridos o chasquidos al caminar.
El intervalo óptimo para reemplazar los zapatos de seguridad:
– Trabajadores de tiempo completo: reemplazan los zapatos cada 6-12 meses
– Trabajadores a tiempo parcial/ocasionales: Reemplazar cada 2-3 años
– Inspeccione y controle activamente los zapatos cada 1 o 2 meses para detectar signos de desgaste.
El costo de reemplazar los zapatos de seguridad desgastados supera con creces los riesgos de mantener en uso los zapatos deteriorados. Los gerentes y supervisores de seguridad en el lugar de trabajo deberían establecer y hacer cumplir políticas de reemplazo.
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